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INSOMNIO TERMINAL

Pablo Mora

www.ebooksbrasil.org


 

Insomnio terminal
Pablo Mora

Ediciones ERATO

Versión para eBook
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Fuente Digital
Documento del Autor
Pablo Mora
moraleja@telcel.net.ve
www.poesia.org

Título original:
Insomnio terminal
© Pablo Mora
© Ediciones ERATO
Impreso en Lito Formas, Venezuela
Printed in Venezuela


Copyright 2001 – Pablo Mora


 

INDEX

HOJAS IMPOSIBLES
AL BORDE DEL ALBA
ALGUIEN NADA MÁS QUE YENDO
INSOMNIO TERMINAL
Indice de poesías


 

 

PABLO MORA, nació en Santa Ana del Táchira (Venezuela), en 1942. Graduado en Letras en la Universidad Católica “Andrés Bello” en l966. Obtuvo doctorados en Psicopedagogía y en Periodismo en la Universidad de Turín y La Universidad Católica de Milán, Italia, respectivamente. Ejerció el magisterio desde 1969 y la docencia universitaria desde 1973 a 1994. Profesor Titular Jubilado de la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), de la que fue Director de Cultura. Asesor del Despacho Rectoral de la UNET en el área comunicacional durante los años 1992-1999. Perteneció a la “Cueva Pictolírica” de San Cristóbal-Táchira-Venezuela. Miembro de la Asociación de Escritores del Estado Táchira, de la Sociedad Bolivariana, del Circulo de Escritores de Venezuela, del Grupo Literario “El Parnasillo”, del Taller Literario “Zaranda” y de la Peña Literaria “Manuel Felipe Rugeles”. Ha publicado 6 Poemarios bajo el nombre de ALMÁCIGO, varias plaquettes y un libro de ensayos: CUENTA ABIERTA.

Obras suyas han sido traducidas al vascuence y al italiano. Otras aparecen en las Antologías: “Poetas de América le Cantan a Bolívar”, “Antología de la Rosa”, “El Soneto en Venezuela” y “Sonetos a Bolívar”. Su obra aparece reseñada en: “Diccionario General de la Literatura Venezolana” y en “Bibliografía y Hemerografía del Estado Táchira”. Colabora en diarios tanto del país como del Táchira. Premio en la Mención Poesía de la I Bienal Nueva Esparta de Literatura (1991), Venezuela, con su obra: “De La Noche Insomne”. Su poemario Asombro al descubierto (Ediciones Mucuglifo, Editorial Venezolana, C. A., Mérida, 1996) y su Antología A coro en el asombro (2000 - Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, No. 171, edición patrocinada por la UNET), se encuentran disponibles en Internet. Premio en la categoría Ensayo con su obra La Razón del Tiempo La Universidad Venezolana de cara al Siglo XXI, en Concurso de la Gobernación del Estado Táchira, Venezuela, 1998; la cual a su vez aparece como libro en Internet. Ensayos del autor han sido divulgados en Espéculo, Revista Electrónica de Estudios Literarios de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (España), Nos. 9 a 15 de los años 1998 a 2000.


 

Pablo Mora

Insomnio terminal

Ediciones ERATO

San Cristóbal, 2001


 

 

 

A Josefa Teresa Quintero de Mora,
hermana de la lumbre en la ternura

 

 


 

El oscurecimiento del mundo no alcanza jamás la luz del ser.

Demasiado tarde venimos para los dioses y demasiado pronto
para el ser, cuyo poema iniciado es el hombre.

Encaminarse a una estrella, solamente esto.

Pensar es la concentración sobre un pensamiento,
que permanece fijo como una estrella en el cielo del mundo.


Martin Heidegger


Los recuerdos
maúllan hasta el amanecer.


Luisa Futoransky


Ut vivas, vigila.

Horacio


 

Hasta que soy un torrente de palabras que reverdecen en el viento
y crecen hacia los horizontes hasta los últimos intentos hasta la
última claridad que busco más allá de la furia final y me
acuesto a soñar que estoy plantado en los vientos crecen
mis pies y mis manos y me voy alargando hasta el espanto
Muero en mí como una semilla sin germen arropado por hojas
imposibles Me despierto y digo hoy ha salido el So
l

María Real Martín


Hasta que el sol se apague para siempre tu regalo diario será
la maldad la traición la lluvia la tristeza y el crujir de dientes
pero ante todo el absurdo de esta vida que no tiene sentido con la muerte
salvable sólo por la poesía y la magia que alguna vez tendrá el brillo de tus ojos
al encuentro con lo destartalado que amarás


Freddy Pereyra


 

HOJAS IMPOSIBLES

Camino y equilibrio
sendero y saga
se encuentran en un paso.

Ve y porta,
yerra y pregunta
a lo largo de tu único desfiladero.


Heidegger

... alguna noche junto a un cabo de vela
que a la tierra se vino a estar de guardia.


Eugenio Montejo


 

1

 

La tierra estaba confusa y vacía
y las tinieblas cubrían la haz del abismo
pero el espíritu de Dios se cernía
sobre la superficie de las aguas
Dijo Dios    “Haya luz”


Y todavía envueltos en la noche
               seguimos esperando


 

2

 

proposición delirio majestad
al borde de la muerte atar de cabos
dispuestos al almuerzo frío
lejano en la memoria recurrente
saber aparentemente colectivo
de todos y de nadie
expuesto al sol de las edades
a la brisa de la noche
al castillo de los duendes
intento soplo eterno el alarido
amanecer anochecer brindis
a oscuras de la vida
modo de jugar a muerte a sueño
juego antiguo incógnito extraviado
datos señas cifras
para ocultar la noche
para asaltar el alba
               ante el altar del viento


 

3

 

De recuerdo en recuerdo
inviernos primaveras
martillando nuestras vidas
sombreando nuestro viaje
una locura delante de la sombra
lo sabe el agua el mar la lluvia
el horizonte espantado de mareas

 

Déjame ser
quiero copular tu sueño de gacela
juntos saldremos a conquistar
claros y oscuros de aquel bosque
quiero calmar la furia de las horas
galoparás galoparemos
arqueando el azul de aquel recuerdo


 

4

 

No tienen dedos manos puños hambre
No tienen tiempo calma padre dueño
No tienen cara pasos prisa luna
No tienen noche piel ni voz ni miedo
No tienen ley no tienen alas paz
Los sueños solamente tienen sueño


 

5

 

No hay tiempo que perder
plagiemos a los antiguos dioses
repitamos al hombre
turbemos el silencio de la muerte
juguemos al asombro de la paz
a la mañana a la paciencia a su escondite
     hacia la luz total de nuestras sombras


 

6

 

Van vienen vierten vencen vuelven van
tropiezan los silencios
gritan unos otros callan
las piedras contemplan su trajín
la noche se acurruca en su tristeza

Al lado de su sombra firme el hombre
descifra pulsa sueña cuenta pasos
mientras alguien de nuevo al sol levanta


 

7

a Carlos Guérin

 

Cuando al hombre le da por caminar
poca es la noche para ir al cielo
en los vuelos azules de la pena
en el azul sexual de sus orejas
en llanto en asechanza en alarido
conquista viento estrellas excremento


 

8

 

Cuando en verdad comiencen nuestras sombras
no habrá tiempo para montar un terremoto
sobre
un
rayo
de
luna


 

9

 

El portamonedas la cartera la banca
apenas inventados
perpetuaron la esclavitud en el mundo
– entre los hombres digo –
¡Eso sí es vedad!

El banquero sentado sobre su sueño
rompe la silla de los atardeceres

Sólo la hierba nos hará soñar
la fuente de los sueños de la luz

Apacentarse ir correr tras el viento
acaso tiempo fuego resplandor
el paso de un celaje nuestra vida

 

La noche no comprende el rugido de la soledad
Vivimos a la sombra de una orilla

Detrás de una tarde
puede estar esperándonos la muerte


 

10

 

¿Qué quedará del martes y los miércoles
de la salud del alma y de su tribu
de la araña después de la tormenta
qué del insomnio de las noches muertas
qué del mirar y lo mirado ahora
qué quedará del rostro de la muerte
en la gota de alambre y su tendencia
vaso de muerte fumarola sueño
hasta el último aliento que nos cruce
Qué hay de la noche ¡Dinos centinela!
del vástago del trono preterido
con el cabrito jugará el leopardo
sobre qué hombro la llave de la casa
Será noche guindando en la cascada
será tiempo pasando por el alma
será Dios que se acuerda de los hombres
será la insomne lumbre que nos crea
o la muerte rondando desafíos
Podrá la lucidez con la locura
de cuánta llagadura somos pasto
cuándo abandonaremos este valle
cuándo este cementerio dejaremos
por quién la noche está echando hoy la suerte?


 

11

 

a     e     i     o     u
     e     u     i     o     a
          i     e     u     e     a
               o     e     i     a     u
                    u     o     i     e     a

¿Buscará todavía vocales en el jardín Rimbaud?

          Porque Rimbaud parece un domingo


 

12

 

Queremos un sueño reverón
un acento un grito un escudo reverón
un tiempo un viento reverón
un puño reverón
un cielo reverón
un sepia reverón
un blanco reverón
un infierno reverón
una bandera un himno reverones
una llave una puerta una salida
una locura reverona


 

13

 

De durazno
               de níspero
                              de fruta

Aquella piel
               besarla
                              nos provoca

Era la tarde
               que de virgen iba

Era la sombra
               de ángel en aprieto

¿En tarde andinamente
                              tropical

de quién sino del cielo
                              enamorada?

Se escribe a veces
                              sobre piel distante

Se insomnia a veces
                              sobre arena en sueño


 

14

 

Vuelan las gotas sobre el mar
encrespa salta riela estalla el mar
corre va regresa el mar
canta el naufragio sobre el mar
larguísima quejumbre llora el mar
enciende sus pupilas baila el mar
no cesa de reír el mar
vibra la vida sobre el mar
vive jubilosamente el mar


 

15

 

Suenan suenan
Cómo suenan insisten y suplican
corre su eco por los aleros
se filtra con la aurora
con el sol con el crepúsculo y la tarde

Suenan gimen llaman
Suenan suenan
¿No las oyes?
Suenan

Las que lloran y sueñan y se quejan y suplican
las que irán con nosotros a la muerte
aunque no las oigamos ese día


 

16

a Lubio Cardozo

 

Grano de pimienta loro salvaje cielo argamasa sideral
Pájaro negro corazón de iguana
Guaimas mapanares macaureles cujizales
Sol entre los muertos sol entre los vivos
Espigas mazorcas y candiles
Rastros rostros rastrojos y despojos
Partos solares trágico arrebato
Trote y tropa paso largo largo trago
Embrujada corteza diluvial
Sangre viva tierra viva carne viva
Tarimba asomo queja numinosa
Germinación huracandad y pena
Clamor rayo delirio sortilegio
Paso de la Soledad Paso de Casa Grande
Paso de la Esperanza Paso de Yermitud


 

17

A su amo

 

Kóper salió en busca de la tarde y lo agarró la noche
Iba con su vida a cuestas
Tropezó con la calle presagiosa
Aquel día no volvió a su cuarto

A Kóper se lo comió la noche
Salió de ronda tras su amor
y lo encontró la muerte
Tal vez se enamoró de otro planeta
o algún platillo lo llevó a la luna

La ciencia nada pudo en pro de Kóper

A Kóper lo lloraron todos los rincones de la casa
De Kóper habló todo el vecindario al día siguiente
A Kóper lo enterró la lluvia en plena madrugada

Kóper tal vez haya conseguido oficio allá en el cielo
y esté pastoreando estrellas
Vayamos Kóper con la vida a rastras
que la muerte no cuenta entre nosotros

(Hoy pude comprobar perfectamente
que Kóper es palabra grave
con acento poético también)


 

18

 

Era azul
mariposa vegetal engalanando
la fosforescencia de los cocuyos y los grillos

Una pompa de jabón me devolvió los dioses
y pendiente de mi sueño
di con el centro de la infancia

Cuando de todo esto no quede sino polvo
la osamenta emprenderá camino
Y dirán los montes los ríos las cascadas
Sólo quedó la forma de su huida
Porque toda piedra alguna vez fue estrella


 

19

a Antonio Mora

 

Guerra al hombro
un murciélago cubrió los matorrales
el espanto se apoderó de los jardines
atracó en todos los puertos de la tierra
ni la sombra de un pájaro siquiera
el llanto azul las perlas engrifadas
despavorida el hambre se engarzó en el hombre
      a punta de crujido agazapada


 

20

a Freddy Pereyra

 

Al pie de la quebrada se fijó la estrella
junto al vuelo jovial de las ardillas
a lo lejos las quenas se quejaban
carcajeaban arriba las guitarras
resonaba el aplauso de los pájaros
el rumor de la fronda y los encuentros
el justo espacio para las grandes alas
donde cabe el resplandor del gozo
la noche con el día frutecido
tras el canto triunfal de las tristezas


 

21

 

Si de repente las piedras se acabaran
Si su dolor perdieran las vocales
Si la andaluza tristeza se agitara

¿Quién con el insomnio acabaría?
¿Quién sabría del llanto de la tierra?
¿Quién pulsaría la lira de la brisa?

          El poeta diría qué hacer


 

22

 

La luciérnaga alumbra la esperanza
minutas mariposas desprendidas
de no sé sabe qué altar o qué herbaje
ofician con nosotros sus liturgias
despierta el senderuelo en tus ojeras
tus brazos colman el raudal del día
el aire bailotea en tu espesura
los gallos poco a poco se despiertan
y lanzan al voleo su intemperie


 

23

 

Partir quebrar borrascas huracanes
romper sajar gatillos polvorines
rituales embriagueces cobardías
singladuras misiles o celadas
vericuetos torpedos y torpezas
dar con la sombra forestal del hombre
del hambre macundales y corotos

Abrirle solaraje a las guitarras
sumarnos a la muerte de reojo
en cada pan en cada palmo hundirnos
fulminar ventisqueros y congojas
ahuyentar el capricho a la tardanza

Juntar la voz al coro irse al frente
golpear empujar gritar seguir
sentirse hundirse hurgarse disolverse
apañar el gemido de las piedras
saber del sitio en que se hospeda el viento


 

24

Leyendo a Ernesto Sábato y Mario Benedetti

 

Basta una grieta para renacer
es el momento de tomar camino
de no correr detrás del viento exangüe
sino tras el dolor de la alegría
abriendo el horizonte de las albas
vértigo sideral del infinito
riesgo entusiasmo fuerza madrugada
abrazo sima sueño solaraje
la festiva grandeza del preámbulo
un desgarre de luces torrentosas
un mirar hacia dentro de nosotros
resistir el milagro de la vida
el saludo del hombre que florece
la fogata que lleve al alumbraje


 

25

a Eduardo Dalter

 

Hay un mar como disperso
hay un loco viento alado
hay un camino que regresa
en la luz infinita pomarrosa
la sanguina alboral de lo incesante
para sembrar de estrellas el sendero
el hambre el pan la soledad la pena


 

26

Leyendo a Eliseo Diego

 

A cierta edad se tiene el propio atardecer
Entonces sabrás que existe una puerta y otra puerta
entre el llanto cordial de las distancias
mientras asistas a tu propio entierro

La muerte es esa pequeña jarra
que uno jamás se detiene a ver
el gato de la casa el gato de costumbre
el gato que ha cruzado
y al que no volveremos a ver

La muerte es esa calle ciega que vemos por última vez

La muerte en fin es esa mancha en el muro
que una tarde hemos mirado sin saberlo
          con un poco de terror

una sombra camino de otro asombro
un asombro camino de otra sombra


 

AL BORDE DEL ALBA

Sin asombro no hay vida
y el asombro no está en la superficie

¿Dónde vive el asombro?
¿En la piel interior del raciocinio?
¿Qué cielos aroman sus secretos?

¿Qué color bebe el agua donde vive
el feérico habitante de su origen?


Ramón Ordaz

Vigilatum carmen.

Ovidio


 

27

 

soñar con el reverso de la mano
soñar con el reverso de la luna
soñar con el reverso de la luz
de la estrella del sol y de la vida
soñar con el reverso de la cara
soñar con el reverso del espejo
soñar con el reverso de las aguas
de los mares del pan y de los ojos
soñar con el reverso de los cielos
soñar con el reverso de las flores
de la arena del tul y de los sueños
soñar con el reverso del anverso
soñar con el reverso del soñar
soñar con el reverso de los versos


 

28

 

con los sueños del alba de la mano
de mano con el alba de los sueños
con el alba de mano con los sueños
de mano con los sueños de la mano
sueño a sueño con sueños de la mano
con los sueños de mano de los sueños
con la mano del alba de los sueños
con los sueños del sueño de la mano
soñando con el alba de los sueños
soñando con los sueños de la mano
se sueña con la mano de los sueños
soñando con el sueño de los sueños
soñando con el alba de la mano
se sueña en el ensueño de los sueños


 

29

 

De cara al hombre y a pesar del hombre
en situación tensión en explosión
crispado de oleaje rabia y grito
un arte rastro rostro estrella mar
muy descaradamente azul marino
bandera puerta asilo ventanura
despertador filántropo ecuménico
un arte lluvia trueno huracandad
sonoramente estremecido en luz
como si nunca hubiera de morir
un arte leve múltiple y holístico
un arte a sangre y fuego a paso largo
capaz de amar capaz de armar la paz
capaz capaz capaz capaz capaz


 

30

a Mario del Valle Moronta Rodríguez

 

Cristo de las trincheiras Cristo ahumado
al frente de la guerra guerrillero
frente al hambre pedazo de madero
entre la guerra con color tostado
Al descubierto roto desolado
fuego encendido fuego prisionero
en la trinchera siempre de primero
de la batalla el Cristo mutilado
De trinchera en trinchera chispa lumbre
encendido en amor enfogarado
en sangre en ruego en alba y mansedumbre
Cristo de La Batalha iluminado
en lanza en ristre en cruz en muchedumbre
al hombre ruega en llamarada alzado


 

31

 

¿Dónde está Blas de Otero? Está contigo
comandante soldado guerrillero
¿Dónde está Blas de Otero? Está conmigo
suplicante rebelde justiciero
¿Dónde está Blas de Otero? Yo lo digo
lo pregunto lo vivo no lo muero
¿Dónde está Blas de Otero? Yo lo sigo
lo busco lo persigo jornalero
Lo llama el viento el odio la pradera
Lo llama el canto el aire miliciano
Lo llama Sancho Panza Abel la fronda
Donde está Blas de Otero está la espera
bajo la sombra de un bramar cercano
un hombre en paz en guerra en llama en ronda


 

32

 

Alicia: Jezabel, Martha, María.
Alicia: fuente limpia, rama nueva.
Alicia: uva del tiempo, corza mía.
Alicia: mirlo blanco, yo te quiero.


Luis Pastori

 

Alicia: el azulejo y la alcancía
Alicia: abril para que el alma llueva
Alicia: junco y nieve estrella nueva
Alicia: Jezabel, Marta, María.

Alicia: en el azul del mar de leva
Alicia: en la colina poesía
Alicia: canto brisa sauce día
Alicia: fuente limpia, rama nueva.

Alicia: en el umbral la sinfonía
Alicia: claridad destino río
Alicia: uva del tiempo, corza mía.

Alicia: Arturo Aldebarán lucero
Alicia: en Altaír yo te sonrío
Alicia: mirlo blanco, yo te quiero.


 

33

 

Con el aire encrespado de mis venas
timón en mano vigilante el vuelo
tendí las redes por el vasto cielo
desde la cumbre herida de mis penas

Y al místico crujir de grises quenas
desovillé los surcos de este anhelo
aventé los rastrojos de mi suelo
y repentinamente mis cadenas

Y así por entre el mar de mi quebranto
anclé de nuevo en tu lejana ausencia
y zarpé con la noche de mi llanto

por senderos de oscura transparencia
hasta lograr que mi crispado manto
cobijara el soñar de mi demencia


 

34

 

El asunto es acompañar la vida
irnos de la penumbra hacia la luz
ir del llanto inclemente a la alegría
velar vivir virar mientras morimos
El asunto es acompañar la pena
ir del presentimiento hasta la nada
del solaz a la zarza enloquecida
saldar sentir soñar mientras vivimos
El asunto es desamparar la muerte
ir del balido a la final grisalla
ir del claror al huracán misterio
Del asombro tenaz a la impotencia
del dejo quejumbroso al alarido
de la muerte feroz hacia la vida


 

35

 

Somos tan sólo párpado de hormiga
hoja llevada por el viento somos
sombra de humo guijarro polvareda
no más que eso y sin retorno alguno
¿Sin saber casi nada de la noche
desde este lado de la muerte a solas
mientras descansa el hombre de su sombra
tendremos tiempo de anunciar la muerte?
Sigamos al arroyo en su silencio
todos estamos esperando muerte
a duras penas la cascada fluye
sonorosa hambre solejar silbido
convéncete del viaje sin regreso
que para morir vives todavía


 

36

 

Empieza por abrir la soledad
convéncete del viaje hacia la sombra
anda de tempestad en tempestad
adopta la locura de los pájaros
Que vuelvan los caminos a encontrarse
que haya un tiempo de lluvia floreciente
nada importe que el viento nos arrastre
nada exista por dentro de la muerte
Vayamos al misterio como el río
fijemos a los sueños su mirada
a lomo de coraje y de esperanza
En el canto de todos todo es sueño
todo es muerte en la vida de los hombres
todo termina al comenzar la sombra


 

ALGUIEN NADA MÁS QUE YENDO

Mientras haya en el mundo primavera
¡habrá poesía!


Bécquer

Nocte dieque incubando.

Newton


 

37

 

Marielena es una india
con un lunar más grande que la luna
Marielena es luna llena
A Marielena la descubrí a media noche en la espesura
con estos ojos que no eran míos

Marielena es una yegua
descalza entre la espuma
Tiene palmas tiene lunas
Me recuerda el nombre de la noche
                              de la copa
                              de los vinos
                              de la América

Marielena se levanta a la hora de los vientos
     en medio de mis ojos

Marielena se agiganta
              se recuesta
              se acurruca cada noche en los rastrojos
                            de mi alma

Marielena puede ser la noche
              puede ser la muerte
              puede ser la calle
              puede ser el sueño
              puede ser la estrella

Marielena no tiene ausencia
              no tiene casa
              no tiene nada
              no tiene raza

En este instante huele a Marielena

Marielena el universo
Marielena casi yo
y yo casi Marielena

Marielena mi garganta
              mi ronquera
              lo que ha sido
              lo que era

Marielena casi gruta
              casi era
              todo y nada
              dulce entrega

Marielena fuiste mía
              fuiste pura
              fuiste huella

Marielena en esta grada
              siempre sube
              siempre baja
              siempre sabe
              siempre nada

Marielena Marielena
cada noche cada cuadra
cada pena cada nada
cada rato cada plaza

¿Marielena? ¿Marielena?
¿Marielena dónde estabas?
¿Marielena tu cobija?
¿Marielena tu mirada?

Marielena amor ardiente
              siempreviva
              margarita
              madrugada

Marielena silla y cuero
              pasto y barro
              la que escucha
              lo que canto

Marielena es una máscara
              una adivinanza
              casi todo
              toda ella

Marielena solitaria
              casi llena
              casi nada
              siembra toda

Marielena este vaso
              esta plaza
              cuesta arriba
              nunca baja

Marielena es este bote
              rema y rema

Marielena una cualquiera
Marielena capitana
de este sueño y este barco
              de hojalata

Marielena chubasco
              lluvia seca
              sol mojado
              primavera

Marielena crudo invierno
              dura espera
              allá a lo lejos
              en mi vera

Marielena es este César
              este Pablo
              este pasto
              esta estera

Marielena esta angustia
              esta arena
              este trago
              esta pena

Marielena es esta tarde
Esta tarde es Marielena
Esta tarde es esta tarde
Marielena es Marielena

Marielena es lo que quiero
Marielena es lo que quieras
Marielena es un pedazo
Marielena es Marielena

Marielena es lo que grita
Marielena polvo y agua
Marielena la que ensancha
el cielo de su enagua

Marielena no es la india
              no es la luna
              Marielena es una niña
              simple espuma

Marielena es un descubrimiento
              una mina
              un invento
              una puta
              una diosa vagabunda

Marielena está durmiendo
              está soñando
              está creando

Marielena está marielenando

Marielena es tuya mía nuestra
Marielena tarde y siempre
Marielena está distinta
y sigue siendo nuestra

Marielena está aquí
donde el río inunda
donde Marielena está
              todo es yunta

Marielena no está aquí donde estuvo
donde no supe conocerla
Marielena está donde la espera la acompaña
              y yo con ella


 

38

 

Estaba yo en las calles mirándome en la niebla
y vi entre las simples una joven de mucho juicio
que iba tal vez camino de su casa...

Akerópita se llamaba la dulce
tierna verde panterita que encontré en la nieve
y aún después de siglos deletreo su nombre
No     pintada     de     mano
Non     dipinta     d     mano
– me decía –
¿Es decir cómo?
¡Pintada por los dioses!

Por eso va conmigo
de mano de los sueños de sus ojos
Nunca el Café Bottini más azul
o más alegremente torinés

Si acaso algún día caminante
pasas por Vercelli
– donde supe que vivía –
y lo encuentras despierto iluminado
es porque ella vive todavía


 

39

Al alimón con Pedro Salinas

 

Mientras haya
en el mundo alguna puerta
una gota en el alambre
o una lágrima en la estrella

Mientras haya
alguna ventana abierta
ojos que vuelven del sueño
otra mañana que empieza

Mientras haya
mar con olas trajineras
trajinando en alegrías
llevándolas o trayéndolas

Mientras haya
un hombre asomado al tiempo
en orfandad encendido
alejándose y viniendo

Mientras haya
lino para la hilandera
árboles que se aventuren
y vientos para la vela

Mientras haya
bosques que sueñen en árboles
cielos en sueño hombrecitos
y amores en los amores

Mientras haya
tanta fronda en la alameda
tanto pájaro en las ramas
tanto canto en la oropéndola

Mientras haya
un colibrí mañanero
un suspiro un alarido
un relámpago un acecho

Mientras haya
un mediodía que acepta
alegremente su sino
de ser la tarde que llega

Mientras haya
un par de versos descalzos
tras una luna desnuda
al pie de un sol a caballo

Mientras haya
jazmines claveles rosas
que se marchen al ocaso
y regresen a la aurora

Mientras haya
polvo barricada fuego
turpiales de medio luto
y soldados por el suelo

Mientras haya
una mirada serena
un día que se va yendo
y un recuerdo que se queda

Mientras haya
celadas contra la muerte
delfines surcando el mar
o un niño que el hambre lleve

Mientras haya
lances clarines laureles
timbales y clarinadas
monteras sorteando muertes

Mientras haya
pasos y pasos que dejan
tan seguros como en mármol
en la memoria sus huellas

Mientras haya
trajes de luces de seda
jardines en las vocales
y gritos entre las piedras

Mientras haya
amor y amor que le quiera
vida que pide más vida
o algún poema que vela

Mientras haya
esperanzas y recuerdos
alguien buscando imposibles
enigmas bajo el misterio

Mientras haya
en el mundo primavera
una nube que se va
y un arrebol que se encienda

Mientras haya
soles que al mundo lo alienten
trajines para el ensueño
y amores para quien quiere

Mientras haya
la querencia del poema
unos versos que amanecen
muchas palabras que esperan

Mientras haya
un camino una faena
un mugido una luciérnaga
una palabra una espera

Mientras haya
memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta

Mientras haya
trasluces en las tinieblas
claridades en secreto
noches que lo son apenas

Mientras haya
susurros por las estrellas
atardecer que pregunta
anochecer que contesta

Mientras haya
tantas palabras que esperan
invenciones clareando
amanecer de poema

Mientras haya
alguien por la noche insomne
siendo el insomne el delirio
siendo la noche la insomne

Mientras haya
alguien diestro toro ruedo
una capa una muleta
un capote un burladero

Mientras haya
un bramido un rejoneo
lidia muletazo vara
algo nada más que siendo

Mientras haya
ángeles que lleven cuernos
volcanes rayos tormentas
soles que afilen destellos

Mientras haya
un camino para el tiempo
una lumbre para el hombre
una cuna para el viento

Mientras haya
una brizna a todo ruedo
una arena a sol y sombra
un indulto en el pañuelo

Mientras haya
sombras sombras inventoras
penumbras en las barreras
que hagan y deshagan formas

Mientras haya
un Camborio bien gitano
juego de sombra y arena
bajo una luna soñando

Mientras haya
dos hacia el final a tientas
dos de frente hacia la tumba
dos hacia la muerte a ciegas

Mientras haya
pena limpia negra y sola
hermana de sueño ajeno
bajo el piafar de las horas

Mientras haya
embestidas de la guerra
lirio crecido en castigo
madrugadas nazarenas

Mientras haya
Albricias Aldebaranes
y Arturos para elevar
Altaíres en los mares

Mientras haya
al alimón en corridas
al alimón con la noche
al alimón con la vida

Mientras haya
alguien nada más que yendo
al alimón al quiebro al cuarteo

Mientras haya
lo que hubo ayer
          lo que hay hoy
                    lo que venga


 

INSOMNIO TERMINAL

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.


César Vallejo

Ya la alta noche cae sobre la lámpara
desde el silencio redondo de la tierra.
Hacia el insomne foco aquí a mi lado
confluye el curso de los nocturnos vuelos.


Eugenio Montejo


 

40

 

A esta altura de mis sueños y mis hombros
pienso que uno se va llenando de papeles
de ratos de viajes y de libros
Todo en cambio debe ir con acento
cuando la vida de regreso llama

Las palabras copulan y fornican
avientan vendaval y madrugada
viven gritan se abrazan y soportan
al pie del laberinto la palabra

Debe haber silencio para darle paso a la luz
Debemos ir despacio hacia la muerte

Buscaremos todo
al final nuestro asombro encontraremos

Y nos elevaremos como las aves
ala con ala sueño con sueño
para dejar esta tierra debajo
perdiéndose en la lejanía

Encaminarse a una estrella
                    solamente esto


 

41

En memoria de Dionisio Aymará

 

Me basta con ver los árboles
con oír los pájaros
con ese gran milagro de estar vivo
y caminar entre la gente
y saludar al sol profundo
que brilla en el corazón de los humildes


 

42

 

Puesto que sólo son tres cuatro tragos
sin que el sol caiga en cuenta
desgarraré mis ataduras
agregaré luceros a la tarde
irrumpiré contra mi propia angustia
mis veredas vegetales
mis yertos pasos desolados
hasta sembrar de altos girasoles
el lujurioso vientre de la tierra


 

43

 

En aquel cuarto de mi aldea he muerto
Ayer estuve sólo de pasada
A cántaros llovía en mi camino
¿Será que muerto voy por estos lados?
¿Por qué esconder el alma en los cimientos?

La orfandad tiene oídos de mujer
También un día iré al entierro mío

La vida gozo aurora errabundaje
zaguán para esperar la muerte

Mi locura
          la antigua soledad de la tristumbre


 

44

a Luisa Futoransky

 

Turín Monza Lisboa y Estoril
preciosas colindancias seculares
fontanas en valijas escondidas
apacentando siglos en labranzas

¿Las calles de Madrid Segovia y Sintra
en cuál de tantas guerras soñarán?

Cuánto diera por una tarde en Grecia
Cuánto la tarde por un Pablo en gracia

 

Brumosos los recuerdos
maúllan hasta el amanecer


 

45

 

Oh destino el de Pablo
haber sido una tarde de Turín
de Córdoba Milán Sevilla y mar
haber envejecido en arenales
haberse descubierto en muchos puertos
lejos de los bajeles de la infancia
y no haber visto nada o casi nada
sino el rostro fugaz de una luciérnaga
engarzado en las sogas del insomnio

Oh destino tal vez no más que el tuyo
haber vivido haber amado sido
haber ido feliz haber tocado
el viviente Jardín siquiera un día
cerca de la tristeza de la errancia
en medio de hojarascas y desiertos
bajo un trémulo sol de cafetales


 

46

 

Me moriré en abril con aguacero
un día que la lluvia ya recuerda
aunque nunca escuchemos las campanas
irán aquella tarde a nuestro entierro
Seguro un jueves como es hoy de abril
un día de este siglo que amanece
seguramente un día a la intemperie
o sábado o domingo un día de estos
Pablo ha muerto dirán las pomarrosas
la aldea lo sabrá sus cafetales
el limonero y el amor ardiente
También los cangilones y Vallejo
almácigos insomnios aspavientos
la soledad la lluvia los caminos...


 

47

a Ramón Ordaz

 

Juan Griego ahora me has vuelto más camino
tengo miedo de mí cuando me escucho
Juan Griego compañero de vigilia
cuando esta mar levante llamaradas
cuando Bolívar vuelva por aquí
sabrás que también soy de tu familia
que no hay más magia que el papel en blanco
ni don mayor que el premio de la vida
Juan Griego insomne como el Mar Caribe
margariteño abrazo azul marino
garita en vuelo en su canción de arena
Juan Griego mar garita vuelo y rima
mientras Bolívar torne peregrino
en tu mar bramará mi poesía


 

48

 

Di una vuelta a la luna y regresé con vida

Si supiera cuánto hay de aquí a la muerte
          el tiempo que demore
          el resto de la vida
          simplemente muerte
          pero no he ido todavía


 

49

 

La calle 4... donde me lanzó la aldea con dos viejos, tres hermanos y cuatro reales de por medio, donde conocí las lágrimas del sauce, donde conseguí el amor a tiempo, la de aquella Gruta, aquella Cueva que me enseñó la cara de la vida, la del Cristo que me mostró el color tostado de la piel cuando se va la guerra, la de Rafael, guindando de un árbol para siempre, la de Ofelia y sus alegres mamarrachos perdidos en no sé sabe qué botija, la de Doña Jabiela curando de maldeojo a tanto rico y pordiosero, la que me llevó a la Ermita, la de mi padre apacentando sus canarios, la de las madrugadas en busca de oración, la de María Bonita, Muela 'e Gallo, Pedro Chapuzas, Media Vuelta y María la de verde siempre con su eterno olvido, la de Elio y las primeras rimas, la del viejo seminario de mi padre, con sus calificaciones siempre en rojo, la de Pedrito el de Vanguardia, el que se fue al cielo a cobrar sus prestaciones, la de ahorcar los hábitos para irnos por la vida a hacer la guerra. La calle 4, para emprender el viaje por el mar y por la nieve, la de la más alta pesadilla, el día que se perdió mi sobrinita, la de la monjita española que lucía tanto camino de la misa o del altar, la del primer artículo y el primer poema, la del poema Azul de Salmerón Acosta y el Soneto Enamorado de Francisco Luis Bernárdez; la del Dios deseante y deseado de Juan Ramón Jiménez junto al Fausto de Goethe, los Poemas Humanos de Vallejo, las Residencias en Tierra y el Canto General de Neruda; la de Mayakovsky, Hernández, Pound, Whitman y Pavese; la de Dante, Huidobro, Benedetti, Cardenal, Cote Lamus y Gaitán Durán, Fidel, el Che, Camilo, Ojeda, Ugarte Pelayo y Argimiro... la de Pedro Pablo, Dionisio, Olivera, Ilia, Carrero Mora, Beroes y Manuel Felipe; la de Rubén, Michelangeli, Castro Medina, Mendoza, Alviárez, Agustín o Brun Detuski, Rafael o Carlos Guérin, Myriam, Pereyra, Campos y Ulacio; la de la Ópera Carmen junto al anafre de las cinco de la tarde, la de la primera clase en el Santa Teresita, el de las dulces onzas y puntales, la del Santísimo, quien me ayudó a no perder la fe, la de las hermanas Alix y Graciela Ruiz con su Album de la Rotunda de 1902 y versos de 1800, la de las Hermanas Ocariz de Rubio, la de la luna de tres de la madrugada, la del napalm a la hora de cantar el gallo para emprender el viaje a Cannes y los Alpes. Donde una tarde me fui en busca del amor y me encontré el monumento de la Francia. La calle 4, con misiles rusos, cubanos, Radio Habana, fusiles y guerrillas, la del 23 de Enero y el Cuartel Moncada y el Mayo del 68 en Turín con frío. La del negro Julián venido de no sé sabe dónde; la de La Bota Negra por donde mi madre bajó y subió, subió y bajó con su matriz al hombro mientras yo insensato tarde la noche con mi amigo parla y parla. La calle 4 No. 12-122. La calle 4 No. 11-61. La calle 4 No. 10-36 subida, bajada y brinco por la vida. La calle 4 No. 15-13. La calle 4 No. l5-l5, la lucha clandestina, el confinamiento de la vida. La calle 4 y pico No. 1-59 Las Acacias, esperando lo que venga, agazapado en el rincón de un cuarto, donde parece ancló mi vida, para irse cualquier día de repente si no es que viene un hijo de puta de la CIA a llevársela antes de tiempo... o algún toche policía a jodernos la paciencia... La calle 4 No. 10-36 frente a un par de leones de tramoya... La calle 4 y pico, digo... Las Acacias, echando vaina todavía, al compás de este insomnio terminal.


 

INDICE

        HOJAS IMPOSIBLES
1      La tierra
2      Proposición
3      De recuerdo
4      No tienen
5      No hay
6      Van vienen
7      Cuando al hombre
8      Cuando en verdad
9      El portamonedas
10    ¿Qué quedará?
11    Vocales
12    Queremos
13    De duraznoe
14    Vuelan
15    Suenan
16    Grano de pimienta
17    Kóper
18    Era azul
19    Guerra al hombro
20    Al pie
21    Si de repente
22    La luciérnaga
23    Partir
24    Basta
25    Hay
26    A cierta edad

       AL BORDE DEL ALBA
27    Soñar
28    Con los sueños
29    De cara al hombre
30    Cristo de las trincheras
31    ¿Dónde?
32    Alicia
33    Con el aire
34    El asunto es
35    Somos
36    Empieza

       ALGUIEN NADA MÁS QUE YENDO
37    Marielena
38    Akerópita
39    Al alimón

       INSOMNIO TERMINAL
40    A esta altura
41    Me basta
42    Puesto que
43    En aquel cuarto
44    Turín
45    Oh destino
46    Me moriré
47    Juan Griego
48    Di una vuelta
49    La calle 4


 

 

La vida nos acecha
nos remeda hamaca enreda amarra amasa enselva
insomnia y nos enlluvia
la lluvia nos borrasca ventana enhoja ennagua
y aguitarra
la guitarra nos cimienta astilla ampara nos arma
nos desalma
el alma nos enrumba embala huracana y nos enrama
la rama nos empalma enllanta nos enlucha
la lucha nos estrella
la estrella nos asombra
la sombra nos desgarra
la garra nos enguerra
la guerra nos destierra
la tierra nos entierra
nos desentierra y nos desecha


                    Freddy Pereyra


 

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